lunes, 18 de agosto de 2008

100 años de Management

Una Sintesis de Cien años de Management

La gestión empresarial ha evolucionado vertiginosamente en las últimas décadas, y mucho más si nos remontamos al comienzo del siglo pasado. Hace 100 años las cosas eran muy diferentes: eran los albores del modernismo: una especie de premodernismo de la gestión empresarial. En boga estaban los Modelos Taylorianos de la administración científica y los aportes de Gilbreth. No se dejaba entonces espacio a la iniciativa e imaginación de los trabajadores, pero sin duda se abría una gran puerta a la mejora de la productividad: era la gestión científica.
Posteriormente, en los años 30 y tras el famoso experimento de Hawthorne sobre la incidencia de factores ambientales en la productividad- surgieran nuevas voces, como las de Elton Mayo, Mary Parker Follett, y Chester Barnard, que apuntaran al lado humano de la gestión, que con pequeños pasos se daban cabida en los modelos de administración. Sin embargo, tanto en el pasado y aun en el presente se ha desaprovechado demasiada inteligencia y el potencial cabal de los trabajadores para frustración de éstos y en perjuicio de los resultados empresariales.
En la década de los 50 se vislumbran cambios, pensadores como McGregor, Maslow y Herzberg, insistieron en el potencial disponible en los trabajadores y aportaron valiosas ideas en torno al tema de la motivación. En el año 1954, Peter Drucker publicaba The practice of management, un clásico de esta literatura en donde propugnaba, por ejemplo, la importancia del marketing y la innovación y, entre otras muchas buenas ideas, venía a formular los antecedentes de la Dirección por Objetivos.
Ya en los años 60 aparecía otro gran texto: The human side of enterprise, de Douglas McGregor, donde formula las teorías X e Y en relación al comportamiento de los trabajadores. La Teoría Y sostenía una imagen de trabajador capaz, responsable y comprometido, lo que hoy podria resultar natural, pero que entonces suscitó muchas controversias y a la cual se le puede atribuir muchos de los cambios en la forma de administrar en la actualidad.
Importante es señalar que muchas de las ideas que hoy están de plena actualidad ya se habían apuntado en los años 60y 70, destacando ideas como la gestión del conocimiento, la orientación al cliente, el liderazgo, la gestión por competencias y la organización inteligente.
En los años 80 se comenzó a predicar muy insistentemente la calidad: ya lo habían estado haciendo Deming y Juran en Japón, en los años 50, con magníficos resultados. La gestión occidental comenzaba a prestar más atención al modelo japonés, y esto quedó patente en algunos interesantes libros como el de Pascale y Athos (The art of japanese management, 1981) o el de Ouchi (Theory Z, 1981), que sumado a la aparición de In search of excellence, de Peters y Waterman en 1982 contribuyó a sensibilizarnos sobre aspectos de la gestión como la atención a los clientes y al personal. En esta época no resulta novedad hablar de la calidad, el liderazgo, la innovación, el espíritu de equipo o incluso el empowerment: Pero la importancia esta dada en que es en esta decada donde se profundiza en estos postulados y se empieza a hablar de todo ello con cierta intensidad. Hoy constituyen todavía auténticas buzzwords (palabras de moda), cuando se habla de los cambios culturales en las empresas.
A los comienzos de los 90, Peter Senge insistió en el concepto de learning organization en su importante obra The fifth discipline: un texto que postula muy convincentemente la necesidad del pensamiento sistémico y el aprendizaje colectivo dentro de las organizaciones. Posteriormente, Champy y Hammer nos hablaban de la reingeniería. Pero uno de los grandes tópicos de los años 90 es la estrategia. Casi 20 años después de que Ohmae alarmara sobre la necesidad de poner en marcha una nueva forma de pensamiento estratégico. De todas formas, en los albores del cambio de siglo la Alta Dirección definía la estrategia, pero no siempre la explicaba bien a los trabajadores; que había una cierta obsesión por medir, pero quizá se desatendía lo que era más difícil de medir; sumado vicios en la gestión y de practica que no apuntaban al desarrollo de los trabajadores, clientes, sino mas bien respondían al presidente… Es así que una cosa queda clara: El Management evoluciona para adaptarse a los tiempos y, quizá más concretamente, para sortear los nuevos obstáculos y dificultades que van apareciendo. En este nuevo siglo, se observa la reconducción de algunas practicas y postulados en el Management. La gestión por competencias, la gestión del conocimiento (se acepta que estamos ya en la era del conocimiento). El feedback circular o multifuente El espíritu de equipo parece un valor irrefutable, el empowerment, porque viene a ser el complemento adecuado del liderazgo. La atención a los valores. El Cuadro de Mando Integral. La innovación, porque la competitividad lo exige. Las competencias conversacionales. La organización inteligente. Y al hablar del rumbo del cambio, habría que desear que los cambios fueran bien explicados por los directivos de las empresas, de modo que resultaran deseados y asumidos.
Los directivos habrán de sacrificar una parte de su ego y los trabajadores habrán de mejorar su compromiso y contribución, porque -si no en su liturgia, sí en su espíritu-, algo de democracia deberá llegar al mundo empresarial.

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