jueves, 21 de agosto de 2008

Trabajadores Mayores y la Administración Actual



Las empresas del siglo XXI tienen finalidades múltiples que deben cumplir para perpetuar su permanencia en el tiempo y enfrentar las condiciones cambiantes del entorno. La competencia se vuelve cada vez más global, la tecnología se desarrolla velozmente, las necesidades económicas son complejas y las transformaciones de la fuerza de trabajo son radicales.
Por consiguiente, lo que distingue a una empresa son las personas que la conforman. Es través de los recursos humanos que los demás recursos se pueden utilizar con efectividad. El talento, la calidad, sus conocimientos, habilidades y experiencia, sumado a su satisfacción generara la riqueza que se traduce en la productividad de la empresa y la competitividad de la organización.



Pero este recurso pareciera ser poco valorado por las empresas o por algunos administradores al momento de reclutar, mantener, gestionar a personas -capital humano- de mayor edad en sus organizaciones. No sorprende encontrarse que después de los cincuenta años las personas comienzan a experimentar una curva decreciente respecto a sus posibilidades laborales, la que se va incrementando a mayor edad y menor especialidad.



Ante este escenario, vale la pena preguntarse cuál es el rol que ejercen las empresas y sus administradores respecto a la gestión de personas de mayor edad, o en otras palabras, al valor que se le da a las personas en la administración de las organizaciones en este nuevo siglo, considerando que en nuestro país el envejecimiento relativo de la población va en aumento y siguiendo patrones similares a países y economías europeas, donde la población y la fuerza laboral más adulta ha puesto de manifiesto la necesidad de una nueva agenda de reformas en el mercado laboral y de los sistemas de seguridad social, para así mejorar las perspectivas laborales y de vida de las personas mayores, atendiendo además, a las proyecciones demográficas y del mercado laboral que requerirá talento y capital humano en el futuro.


Adultos mayores = trabajadores mayores



Aunque existe consenso que para ser denominado adulto mayor, se debe tener a lo menos 60 años, ya las personas con 50 años o más son consideradas como trabajadores mayores para las distintas organizaciones y la sociedad en general. En este segmento etario la “carrera” laboral ya adquiere una forma definida y en este sentido lo que ocurra laboralmente posterior a esta edad en buena medida ha quedado determinado en los años previos del ejercicio de la carrera profesional[1].

Culturalmente estamos acostumbrados a considerar a la adultez mayor como una carga social, excluida de fuerza de trabajo, fuera de los sistemas de educación, de los sistemas financieros, descartada de las decisiones del grupo familiar, etc.[2] Esta exclusión está culturalmente muy arraigada y parece profundizarse en los procesos de globalización en los que transita nuestro país. Desde ahí que como sociedad elaboramos representaciones sociales, las que constituyen una forma de conocimiento socialmente elaborada, que se establece, a partir de la información que recibe el individuo, de sus experiencias y modelos de pensamiento compartidos y transmitidos.
En este sentido, el psicólogo estadounidense de origen alemán E. Erickson define esta etapa del ciclo vital como adultez tardía, caracteriza por incoar alrededor de los 60 años, cerca del retiro laboral. Señala que existe un distanciamiento social producto de la cercanía o de la misma jubilación, sumado a considerar que las tareas como padres ya han culminado y la instalación de la creencia de que sus aportes ya no son necesarios para los demás. Pareciera ser una de las etapas mas complicadas desde la perspectiva biológica, ya que el cuerpo no responde como antes. Las mujeres pasan por la menopausia, los hombres bajan su rendimiento sexual, aparecen enfermedades asociadas a esta etapa de la vida como la artritis, diabetes, problemas cardíacos, problemas relacionados con el pecho y ovarios, junto con cánceres de próstata. Además de las enfermedades, aparecen las preocupaciones relativas a la muerte, los amigos mueren; los familiares y la pareja también, aparecen sentimientos de desesperanza respecto a la vida añorando tiempos pasados[3].



Asimismo, el envejecimiento de la población es un fenómeno demográfico cuyas repercusiones en el mercado laboral y en las características del empleo han adquirido relevancia política, social y económica. No parece existir una anticipación, una visión de futuro ante una realidad que ya nos está acompañando y que mostró en el Censo del año 2002 una esperanza de vida en los hombres de los 74,4 años y en las mujeres de los 80.4 años. Es así, que el índice de envejecimiento correlaciona a los mayores de 60 años con los menores de 15 años, estimándose que para el año 2020 el número de adultos será, por primera vez, mayor que el número de menores de 15 años, lo que nos demandaría para entonces mas geriatras que pediatras[4].



Paradójicamente, en muchas sociedades el aumento en la esperanza de vida es una meta del desarrollo económico y del país en general. Pese a esto, y según datos del banco mundial[5] el envejecimiento viene acompañado al menos de tres pérdidas eventuales distintas -aunque relacionadas- de ingreso: la pérdida de la capacidad de generar ingresos al sucumbir el cuerpo y el deterioro de las capacidades cognitivas; la longevidad no anticipada que alarga el período de vida durante el que la persona tiene que consumir pero no puede generar su ingreso a través del trabajo; y, a raíz de ésto, la mayor vulnerabilidad a la pobreza en la vejez. Sin embargo no todas las formas de envejecer son análogas en nuestra sociedad, no todas las personas llegan a edades adultas en las mismas condiciones. Mecanismos como el trabajo y la actividad en general parecen ser un elemento rejuvenecedor que permite a las personas mantenerse activas, con la capacidad de aportar a los demás y de reafirmar su autoconcepto.

Trabajadores mayores y mercado laboral



El mercado laboral de países como el nuestro, pese a experimentar fenómenos nuevos como el fuerte ingreso de la mujer al mundo del trabajo y de los jóvenes profesionales como no profesionales, se caracteriza cada vez por contar con una masa de trabajadores y trabajadoras envejecidos, puesto que la estructura de población activa muestra un claro proceso de envejecimiento[6].



En este segmento etario, la tasa de educación formal y profesional es en promedio media baja, al igual que los niveles de capacitación. Por lo general las empresas tienden a no destinar recursos para que los empleados de mayor edad se capaciten.
Con relación a los lugares donde se desempeñan, el 60,5% de la población ocupada de 50 años y más se encuentra trabajando en la microempresa, el 13% en la pequeña, el 9,8% en la mediana y el 16,6% en la gran empresa, observándose diferencias significativas según sexo, edad y zona de residencia, siendo en zonas rurales el trabajo en micro y medianas empresas la principal fuente y en zonas urbanas las grandes empresas[7].



Con respecto al fin de la relación laboral con las empresas, las principales razones son la finalización de la faena o el término de contrato. Ante esto se da una situación preocupante, ya que muchos trabajadores quedan a la deriva especialmente en la última situación, donde existen políticas administrativas de recursos humanos que se manejan al filo el código del trabajo y de los derechos de los trabajadores[8].



Desde el punto de vista de la empresa esta realidad debería ser alarmante. Parece existir una miopía respecto los talentos que la empresa necesita y que debe mantener en el tiempo. No parece existir la visualización del panorama, explicado en párrafos anteriores, respecto al envejecimiento de la población y de la fuerza laboral, cuestión que llevará a los empleadores a afrontar una verdadera y muy compleja amenaza a su capacidad para competir debido a la retirada de los trabajadores con habilidades, conocimientos y experiencia que se produce cada vez que se jubila un trabajador mayor y no hay una persona que lo sustituya en la misma condición.

Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), entre el año 2025 y 2030 más de doce millones de personas saldrán de la fuerza de trabajo. En este escenario los administradores tendrán que lidiar, si no hay un cambio en la gestión y retención de los trabajadores mayores, con la problemática de cubrir puestos e incoprprar talentos[9].

Por lo general no existen prácticas de desvinculación. Ante esta situación, a los trabajadores mayores les cuesta poder encontrar y acceder a nuevos trabajos, ya que existe la tendencia de seleccionar personas, mano de obra o intelectual más joven y barata. Más aún, si logran emplearse nuevamente, por lo general lo hacen con considerables pérdidas salariales.


La tarea administrativa




La revista Harvard Businnes Review señalaba ya en el año 2001 lo siguiente: “En años recientes incontables ejecutivos han confesado que su trabajo más importante no es la generación de la estrategia o de la visión, sino la gestión de personas…”[10]. Es así que hay concordancia, pese a la dificultad de cambiar los paradigmas del management, que uno de los elementos importantes son las personas y la gestión de éstas en la organización.



Lejos parecen estar las primeras ideas sobre administración de empresas, como teoría y disciplina moderna, a principios del siglo XIX, donde se concentraron en la productividad y el rendimiento como metas. De la mano con el positivismo filosófico, que veía en la epistemología y el método científico las claves del desarrollo continuo, donde modelos como el ‘taylorismo’ (división de las distintas tareas del proceso de producción en busca del aislamiento del trabajador y el aumento de la productividad) se hicieron costumbre. Fue en ese contexto que estallaron la revolución industrial europea y las posteriores críticas del marxismo hacia la división del trabajo y la lucha de clases. Este menosprecio por el valor de las personas y sus relaciones se expresó de diversas formas entre fines del siglo XIX y los primeros años del siglo XX: Max Weber y su teoría de la burocracia; Henry Ford y su ‘cadena de producción’, e incluso en Henri Fayol y su libro Administración industrial y general, del cual surgieron algunos de los principios más aplicados en la disciplina (la subordinación de intereses particulares, la jerarquía y la remuneración, entre otros)[11].



La teoría de la gestión y de negocios surgida con el auge de la teoría económica moderna comenzó a asignarle a la empresa una función eminente y centralmente monetaria y lucrativa, dando paso con el tiempo a que los ejecutivos y gestores de negocios sean formados bajo esta misma lógica y las universidades a formar profesionales desde esta perspectiva[12].



En nuestros días, parece haber pasado suficiente agua por debajo del puente… pero aún así los cambios de visión parecieran no ser asumido o compartidos por todos los administradores o el management moderno. El foco parece estar en poder generar y acumular excedentes.



Para Chiavenato[13], la administración constituye el modo de lograr que las cosas se hagan de la mejor manera posible, a través de los recursos disponibles con el fin de lograr los objetivos.
Pero este administrador que viene con una formación primordialmente ingenieril, de negocios, día a día parece abrirse más a posturas y visiones distintas del management. Con las disímiles contingencias de cada periodo o momento histórico, se ha visto en la obligación de perfeccionarse en la gestión, tomando cursos de postgrado, diplomados, magíster o MBA, Doctorados, etc. Pero: ¿Estos darán énfasis a la gestión de personas?, al menos algo claro hay, poco a poco se asume, al menos parece ser la tendencia mundial, que para alcanzar los objetivos organizacionales son fundamentales las personas, es con ellos que en definitiva se logran.

Praxis administrativa: actitudes e impresiones de los administradores en la gestión de los trabajadores mayores




En el ejercicio de la administración, pese a todas las herramientas ejecutivas que posee, un gerente o administrador se enfrenta muchas veces con la tarea de decidir sobre las personas, y por ende, de tener que formarse una impresión de ésta, en donde sus propios valores, necesidades y expectativas determinaran en parte la impresión que se forme, basando frecuentemente sus decisiones en la percepción que se haga.



En términos específicos, la percepción puede ser definida como una elaboración psíquica de la respuesta generada en el cerebro por una sensación, de la cual generalmente no estamos conscientes. Según Jaspers, su característica principal es la “conciencia de objeto”. Según Pierón corresponde a la “aprehensión del conocimiento sensorial de acontecimientos exteriores (...) es una gnosis”[14]. Para Ricardo Caponni, la percepción es el acto de toma de toma de conocimiento de datos sensoriales del mundo que nos rodea. Constituye el mecanismo a través del cual el hombre adquiere conocimiento del mundo exterior o de su propio mundo interior[15].



Entonces resulta cardinal considerar, que al formarse impresiones desde nuestra percepción, existen al menos, como señala Soskin[16], cuatro limitaciones en la capacidad de formarse impresiones acertadas. Uno de estas limitaciones o sesgos hace referencia a la impresión, que es probable que esté desproporcionadamente afectada por el tipo de situación o entrono en la cual se hace y muy poco por la persona percibida; Otro sesgo es la generalización, las impresiones son frecuentemente basadas en una muestra limitada de la conducta de la persona percibida






También encontramos otro sesgo, que se da, debido a que la situación puede que no suministre una oportunidad para que la persona muestre una conducta relevante para las cualidades sobre las cuales las impresiones estaban formadas; finalmente, este autor, señala que la persona percibida puede ser distorsionada por alguna reacción altamente individualizada del perceptor. Pese a esta descripción, es imposible poder identificar todas las fuentes distorsionadoras del proceso de formación de impresiones. De esta forma son muchos los sesgos perceptivos que se enfrenta un administrador a la hora de evaluar y considerar las condiciones laborales de un trabajador mayor y proyectarlas al fututo de su gestión empresarial. Es por esta razón que muchos de los procesos que se enfrentan los trabajadores senior son generalmente evaluadas por personas que no consideran en sus decisiones las posibles limitaciones de sus juicios. Un administrador que haya tenido una infancia o una juventud atormentada por alguna figura mayor o simplemente una mala experiencia laboral o personal, seguramente tendera, al menos, a manifestar algún tipo de recelo frente a este tipo de persona. De esta forma, y aunque parezca axiomático, la forma como uno visualiza el mundo, tiene que ser distinto a como lo concibe el otro, quizás con patrones parecidos, con sentidos compartidos, pero en rigor distintos. Un administrador de un fabrica local de zapatos, los más probable es que piense, perciba el mundo, tome una impresión de las personas, los negocios, la vida, de manera disímil al administrador de una empresa multinacional con inversiones en millones de dólares en todo el mundo y simultáneamente ambos tendrán sesgos perceptivos para interpretar sus propias realidades.



En consideración a lo anterior, el administrador, además, va tomando actitudes respecto a la realidad que los circunde, asumiendo una postura frente a las personas y trabajadores de mayor edad. En este sentido, Thurstone considera que el concepto de actitud se usa para denotar la suma total de inclinaciones y sentimientos humanos, prejuicios o distorsiones, nociones preconcebidas, ideas, temores y convicciones acerca de un asunto determinado[17]. De esta forma, podemos inferir que los administradores, los responsables de las organizaciones toman una actitud determinada, que a juicio nuestro, por lo general, va en desmedro de los trabajadores de mayor edad.



Es así que, una actitud la podemos entender como una predisposición a responder, a reaccionar ante los trabajadores mayores, y no la conducta efectiva hacia éstos necesariamente. Esta predisposición es persistente en el tiempo, produce consistencia en las manifestaciones conductuales y además puede ser verbalizada, incluyendo expresiones de sentimientos y de aproximación o evitación, y al mismo tiempo, tienen una cualidad direccional, lo que implica que posee una característica motivacional[18]. Por otra parte, Baron y Byrne[19] en sus estudios de actitudes, indican que éstas pueden tener gran influencia en nuestro pensamiento social y, por tanto, en las conclusiones e inferencias a las que lleguemos. Las personas forman marcos cognitivos, los cuales organizan información sobre conceptos, situaciones o acontecimientos específicos, que son determinantes en el modo cómo nos relacionamos con los demás. Por tanto, dependiendo del tipo de actitud que tomamos, será como nos relacionaremos con el resto. De esta misma manera Vander[20] señala que una actitud es una tendencia o predisposición adquirida y relativamente duradera a evaluar de determinado modo a una persona, suceso o situación y actuar en consonancia con dicha evaluación. Constituye una orientación social, o sea, una inclinación subyacente a responder a algo de manera favorable o desfavorable. [21]



Resulta fundamental añadir que las actitudes tiene tres componentes. El Cognoscitivo, que son valores, normas, opiniones y creencias en torno a un estímulo social determinado (creencia-descreimiento). El componente conductual, que son: tendencias a responder o reaccionar a un fenómeno social y el componente afectivo: emociones y sentimientos que generan evaluación y reacciones a la situación social (simpatía-antipatía). Establece un vínculo funcional entre la percepción social de un proceso cognoscitivo y una técnica conductual específica. Les da estabilidad a los componentes por la resistencia que ofrece.



Al existir por lo general creencias arraigadas en la sociedad respecto a la edad adulta, sobre todo de connotación negativa en relación a la actividad laboral de éstos, podemos inferir que muchas de las conductas que tienen los administradores al momento de tomar decisiones respecto a trabajadores mayores, se sustentan en una actitud negativa. Para que exista una actitud en relación a un objeto determinado, es necesario que exista también una representación cognoscitiva de éste objeto[22]. En éste sentido podemos hablar de estereotipos por parte de los administradores, ya que cuando existe un conjunto de creencias asociadas a una categorización, como los trabajadores de más de 50 años, éstas incluirían las ideas que los miembros de una comunidad, grupo social o sociedad en general, presentándose sobre un rasgo común, manifestándose y estableciéndose como una creencia, un estereotipo hacia este grupo. -Cuando estos estereotipos son avalados por investigaciones su nombre cambia a sociotipos-[23].



Es importante, respecto a las actitudes de los administradores, destacar que cuando una persona verbaliza aquellas sensaciones o sentimientos, dejan de ser solo eso y pasan a formar parte de las cogniciones, las que son muy distintas a las de este componente de la actitud. Estas “cogniciones de sentimientos” no se refieren al objeto mismo, sino a quien conoce, es decir al administrador.






Se ha demostrado experimentalmente que los componentes cognoscitivos y afectivos de la actitud tienden a ser coherentes entre si, señalando que la destrucción de la congruencia afectivo cognoscitiva, por medio de cualquiera de estos componentes, pone en movimiento una serie de procesos de reestructuración de la congruencia, las cuales bajo ciertos circunstancias, llevaran a una nueva reorganización actitudinal, por medio del cambio complementario en el componente no previamente alterado[24].



Por lo general los administradores –y las personas en general- pueden adquirir actitudes de acuerdo a su personalidad, sus necesidades e intereses, la integración directa a grupos y equipos de trabajo, a las informaciones recibidas, a los sistemas de actitudes establecidos en la sociedad y en la organización, a la situación y al contexto en la cual se desenvuelve.
Al considerar las actitudes de los administradores en la gestión organizacional y en especial respecto a los trabajadores mayores, Verdugo (2004) nos muestra algunas claves que nos permiten poder entenderlas de acuerdo a las funciones que cumplen.
Una de estas funciones es la de entendimiento o de satisfacción del conocimiento; debido a las actitudes somos capaces de organizar los estímulos que recibimos permanentemente de nuestro medio, lo que nos permite tener mayor consistencia y mejor funcionamiento en él y en las relaciones que establecemos dentro de este contexto. Si lo anterior no ocurriera, tendríamos un gran problema al tener que establecer nuevos patrones de interacción para las distintas situaciones y relaciones. De este modo, por medio de estereotipos y de predisposiciones a responder de una determinada manera ante las distintas situaciones, podemos funcionar mejor y más rápidamente. Sin embargo, si estos son errados o injustificados, actuaremos inapropiadamente en nuestro entorno, lo que nos impediría relacionarnos de una manera más sana.
Otra función es la llamada Utilitaria o de ajuste; la que indica que las actitudes maximizan los refuerzos y minimizan los castigos, así, un administrador que presente una actitud determinada hacia un trabajador mayor, predispone a los sujetos que con el interactúan, hacia aquel objeto que le genera recompensa. Además le es posible satisfacer sus necesidades por medio del logro de los objetivos deseados. De este modo, estas personas que con él se relacionan son influenciadas por su actitud y son a la vez reforzados por mantener estas mismas actitudes. Esto es muy común por ejemplo en los grupos de amigos o de trabajo.
Por otro lado, nos encontramos con la Función facilitadora de la expresión de valores; que alude a que las personas puedan expresar sus valores fundamentales, lo que con ello implica gratificación, ya que esto aporta en la realización y desarrollo de su identidad personal y sería un puente para su auto-satisfacción.
También nos encontramos con la función Ego- Defensiva; que nos señala la forma en que las actitudes permiten que las personas puedan proteger su autoestima o autoimagen frente a distintos conflictos, ya sea provenientes de si mismo o de su medio. Una persona que presente una actitud negativa frente a un trabajador mayor, podría argumentar en su contra, tanto en su discurso como en manifestaciones concretas e incluso contra todo los beneficios que este podría producir
Por otro lado, las emociones, tanto positivas como negativas, se pueden asociar a las actitudes. Es en este momento en el cual pasan a cumplir otras funciones como por ejemplo ser usadas como reforzadores. De esta manera pueden ser utilizados para aumentar o disminuir la probabilidad de una conducta.
Por último, otra función que pueden cumplir las actitudes es la de servir como estímulos para elicitar comportamientos, debido a que éstos estímulos han sido previamente aprendidos y asociados con nuestras actitudes.


El valor estratégico de las personas mayores en la organización



Para Chiavenato[25] la gestión de recursos humanos consiste en la planeación, organización, desarrollo, coordinación y control de técnicas capaces de promover el desempeño eficiente de personal, a la vez que la organización representa el medio que permite a las personas que laboran en ella alcanzar los objetivos individuales relacionados con el trabajo.



La empresa resulta el escenario ideal para poder desarrollar las potencialidades personales y ponerlas a favor de ésta y de la obtención de sus objetivos. En este sentido el trabajo para cada persona tiene un sentido distinto. El concepto de trabajo no es puro, es especialmente polisémico, cargado valórica e ideológicamente, también cargado de ambigüedad y de contradicciones. El trabajo tiene que ver, claramente, con el tema de la actividad humana que produce cambios en el medio y en el hombre mismo, que demanda energía, esfuerzo físico e intelectual y que de por si trae consecuencias. Para Gajardo[26], el trabajo para las personas tiene distintos significados: uno económico, ya que por medio de las remuneraciones le permite satisfacer distintas necesidades. También tienen un significado existencial, la persona por medio del trabajo se relaciona con otros, obtiene un feed back de su propia identidad y realidad. Sale de si mismo y va a otros, por medio del trabajo va más allá de sus beneficios, puede aportar a otros. También tiene el trabajo un significado de identidad, es por medio de esta actividad que el proceso de individualización se produce, la persona se consolida, ratifica su identidad, nos dice y les dice a los demás lo que somos. Además presenta un significado social, ya que el trabajo permite a las personas insertarse en una organización y actividad, donde obtiene reconocimiento, adquiere status, se atreve a participar con otros, satisface relaciones. Finalmente tiene un sentido temporó espacial, el trabajo ocurre en un momento del tiempo y en un lugar determinado, nos permite ordenar nuestras vidas y los espacios, asociándolo a la rutina diaria.



Por medio del trabajo las personas se convierten en un recurso para la organización, en un recurso fundamental, en un recurso humano. La persona que se vincula al trabajo por medio de la organización, comienza un desarrollo de carrera. La carrera es la secuencia de puestos que una persona ocupa a los largo de su vida. Cualquier trabajo, remunerado o no, constituye una carrera.
Podemos vislumbrar algunos hitos en la carrera profesional de una persona, que van desde un crecimiento y exploración del trabajo, una vinculación al quehacer profesional pasando por constante crecimiento y crisis hasta el momento de la desvinculación y retiro.
En relación a esta última etapa, podemos señalar que se trata de un proceso que parece no ser tan considerado por las organizaciones y sus responsables. Las personas que se encuentran en esta etapa, y como hemos mencionado en párrafos anteriores, son trabajadores mayores, que por lo general ya han pasado los cincuenta años o están a portas de jubilar. En las prácticas de recursos humanos, por lo general no hay mucho interés en ahondar en esta área. Son pocas las empresas que le entregan a sus empleados la posibilidad de una desvinculación asistida o outplacement.



Es importante que toda política de recursos humanos cuente con una herramienta de apoyo para las personas que se desvinculan de su organización independiente de la razón. La finalidad está en poder disminuir el grado de conflicto que hacia la propia empresa se genera con éste evento, también está la posibilidad de obtener información adicional que retroalimente la capacidad de gestión de recursos humanos y además de brindar a la persona toda la ayuda que esté al alcance de la empresa para que esta situación sea lo menos dolorosa y traumática[27].



Pero pese a ser una política positiva en la gestión de las personas en la organización, queda en oscuras un tema respecto al trato laboral de las personas mayores y al valor estratégico de éstas en una sociedad con las características actuales. Ya hemos mencionado las características demográficas que apuntan a un envejecimiento de la población y de la fuerza laboral y de los sesgos y actitudes por parte de los encargados de las empresas frente a este grupo etario. Sin embargo el desprecio, en términos laborales, denota una práctica preocupante en la gestión de las organizaciones.



Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE)[28], entre los años 2025 y 2030, 12 millones de personas por año estarán saliendo de la fuerza laboral mundial. Y economías como las europeas, asiáticas y la propia estadounidense quedaran con un vacio en sus pretensiones de mantener talento y capital humano calificado. Nuestro país no escapa a esta realidad y no se visualizan políticas ni gestiones para preparar el contexto laboral que se avecina y en parte ya se vive.



En consideración alo anterior, en una publicación de Europa Press[29], se señala que las personas que nacieron a partir del año 1982, las que se conoce como ‘Generación Y’, ahora en plena incorporación al mercado laboral, son los trabajadores menos productivos a nivel internacional, según un estudio de una consultora internacional especializada en productividad en el que se recogen las opiniones de 1.500 directivos de 15 países. Por el contrario, los nacidos entre los años 1970 y 1982, la ‘Generación X’, son los más productivos en comparación con la ‘Generación Y’ y con los llamados baby-boomers, es decir, los nacidos en los años 60.
Estos datos, en parte, reafirman el valor estratégico que tienen las personas sobre 50 años en las organizaciones. Son talento, experiencia, capacidad de decisión que las empresas y sus administradores están próximos a perder y no parece haber preocupación por esta realidad.



Entonces resulta pertinente preguntarse si es que acaso los administradores tienen depositada su fe que en las mejoras en productividad y tecnología o la globalización reducirán la necesidad de talento y trabajadores en un futuro cercano.

La pérdida de una mano de obra calificada y experimentada, especialmente en aquellos sectores con una alta proporción de trabajadores mayores, podría provocar un descenso en el crecimiento económico. En Europa, como consecuencia de la disminución de la población más joven, las empresas tendrán que contar cada vez más con los trabajadores mayores o, de lo contrario, tendrán que correr el riesgo de perder oportunidades comerciales por falta de empleados calificados[30].

La pregunta es, si existe consenso de que las personas son el capital más importante de la empresa, por que entonces desproteger parte de éste capital. Es acaso legítimo que un gerente de finanzas, en una empresa deje escapar millones de dólares privilegiando un negocio actual sin proteger o resguardar las arcas de su empresa para el desarrollo futuro. La respuesta pareciera ser obvia…



Pero si utilizamos esa analogía para discutir el valor de las personas y en especial el valor de las personas de mayor edad en las empresas. Por que dejar que el valor de éstos trabajadores se pierda sin la posibilidad de obtener ganancias, como el dinero al invertirlo a cierto plazo, o de mantenerlo sabiendo que es útil o reclutarlo entendiendo que tienen un cumulo de experiencia y que si se adecua a las condiciones empresariales serían un gran aporte.



En el papel de las empresas, de los administradores, pareciera que ésta idea no es de lo más popular. Al revisar los avisos de empleo a nivel nacional[31], no hay o es muy mínimo el requerimiento de personas adultas, de personas pasadas los 50 años. Pareciera existir una miopía respeto a la realidad en las que nos encontramos, o al menos una irresponsabilidad a nivel gerencial de no visualizar o anticiparse al mercado y al contexto que se aproxima.



Cuando se trata de explicar las principales razones del escaso porcentaje de personas sobre 50 años reclutadas, pareciera encontrase de lleno con prácticas discriminatorias hacia este segmento. Pareciera manifestarse una actitud negativa por parte de los responsables de reclutar personas, una actitud que se manifiesta conductualmente, pero que tiene una base cognitiva y emocional que denota en parte lo que quizás seamos como sociedad. Podemos entender los sesgos perceptivos de un administrador, también la predisposición, la actitud, pero llama poderosamente la atención que tanto a nivel social como empresarial no asumimos el carril del ciclo vital humano. Es decir, y considerando el aumento en la esperanza de vida de nuestro país, que todos los que trabajamos, los que somos fuente laboral activa, nos encontraremos con esta problemática laboral y con sus repercusiones tanto a nivel personal, familiar y social. Será que tendremos que darnos un porrazo gigante, tener que entrar en crisis para que desde ahí, desde la necesidad de implementar cambios urgentes, seamos capaces de considerar la posibilidad del trabajo de las personas mayores.



Será la inmediatez de los resultados y la productividad que nos enceguece y no nos permite de verdad entrar y programar cambios de forma planificada. Si para las personas en general quedar cesante después de los 50 años es catastrófico, resulta que hablamos de personas que las definimos como mayores, pero que a medida que pasan los años y las condiciones de vida mejoran, ya no lo son. Tienen deudas, compromisos, hijos que alimentar, universidades que pagar…



Quizás una de las razones por que las personas mayores no son del todo consideradas en el mundo laboral, es porque los responsables de las empresas no saben como hacerlo, como afrontar adecuadamente esta realidad. Como señalaba Erickson, este segmento de personas transita por un estadio de la vida complejo, claramente distinto a los anteriores, con una mirada de la vida y un vivir la vida con otra perspectiva. Los trabajadores mayores no obedecen al mismo estereotipo de los adultos que estaban envejeciendo en generaciones anteriores.

Pero ésta situación, está instalada en el ejercicio de la administración, generar cambios se visualiza complicado en un corto plazo, Pero la necesidad de afrontarlo, debe llevar a tomar las medidas concretas que permitan un mejor desarrollo laboral de los trabajadores mayores y de la gestión del talento humano en el fututo de las empresas.



Modificar los sesgos perceptivos en los administradores no es una tarea fácil, menos modificar actitudes tan arraigadas en los responsables empresariales. Quizás la tarea apunta a instaurar una nueva visión desde las escuelas formativas de negocios, de poner el tema como relevante en los círculos empresariales y en las personas que trabajan en la administración de personas.
No se trata y no ha sido la finalidad de este trabajo menospreciar el talento de trabajadores jóvenes, por el contrario, éstos son un recurso altamente necesario, pero si se pretende poner una luz de alerta o al menos llevar el tema al debate, para poder discutir sobre la realidad de los trabajadores después de los 50 años y del valor estratégico que tienen para la gestión administrativa que se avecina.



En este contexto, aparece una responsabilidad importante para quienes estamos formándonos en la dirección y administración de recursos humanos, de promover planes y estrategias que apunten a desarrollar espacios para los trabajadores mayores, pudiendo recoger experiencias y aprendizajes de éstos, anticipándonos oportunamente a los cambios del entorno y poder potenciar el desarrollo humano en concordancia a los objetivos empresariales y de la gestión administrativa el siglo XXI.


Bibliografía Consultada

Baron, R. y Byrne, D. (2004). Psicología social. (8va ed.). Madrid: Pearson Prentice.
Caponni, R. (2006). Semiología Psiquiátrica. Ed Universitaria. Santiago, Chile
Chiavenato, I.(1989) Introducción a la Teoría General de la Administración. Mc Graw Hill, (2ª edición)
Chiavenato, I.(1989). Administración de Recursos Humanos. Ed Mc Graw Hill,
Dei & Cols (1995). Recursos humanos en las organizaciones. Fundación Universidad a distancia Hernandarias. Ed, Docencia, Buenos Aires
Gene F. Summers. (1986) Medición de actitudes. México: Editorial Trillas.
Gutiérrez, E; Osorio, P; Ríos, P. (2006). Adultez mayor Contexto + Subtexto. Antología de textos gerontológicos Hacia la construcción de una nueva agenda Participaron en la elaboración de este documento. Publicacion Observatorio Social
Harvard Busines Review (2001) Citado en Revista Desafío. Ed: Junio. Julio, agosto 2008
·
Myers, D. (2000). Psicología Social. : México: Editorial McGraw.

· Papalia, D. (1992). Desarrollo Humano Bogota.: Editorial Mc Graw-Hill.
Robbins, Stephen P. (1996) Comportamiento organizacional: teoría y práctica Prentice Hall, Mexico, Séptima edición.
· Rodríguez, A (1978). Psicología Social. México: Editorial Trillas.

· Rodriguez, Darío. Gestión organizacional. Elementos para su estudio. Santiago: Ediciones Universidad Católica de Chile, 1999

Santiago Consultores. Informe Final: Estudio alternativas de empleabilidad en población mayor de 50 años. Programa de intervenciones innovadoras para el adulto mayor. Servicio nacional del adulto mayor. Santiago de Chile, Agosto 2007.
· Syllabus Psicopatologia del Adulto Dr. Barbara Palma, UST.

· Sheldon y Cols. Percepción: Alguna investigación reciente e implicaciones para la administración. Material Catedra comportamiento Organizacional. Porgrama MRH Usach.

· Verdugo, M; Alonso; B. Arias Martínez; C. Jenaro Río (1994) Actitudes hacia las personas con minusvalía. Servicios Sociales. Facultad de Psicología, Universidad de Salamanca, Ministerio de asuntos sociales, Instituto Nacional de Servicios sociales. Madrid: Editorial Inserso.


Publicaciones electrónicas

· Manpower Inc. (2006). La nueva agenda para una fuerza laboral de trabajadores mayores. Informe Oficial. Rescatado el 19 de julio de 2008 desde www.manpower.com

· www.senama.cl

Proyeciones demográficas, INE, 2004. Rescado desde desde
www.Medwave.com, el 20 de julio de 2008
·
www.consejoreformaprevisional.cl/documentos/audiencias/17-04-2006-bancoMundial.pdf. Rescatado el 20 de julio de 2008

· Fundación Europea para la Mejora de las Condiciones de Vida y de Trabajo, "Edad y empleo en los nuevos Estados Miembro", Publicaciones de rrhhmagazine: issn 1577 5348. 2006. Rescatado el 24 de julio de 2008



Citas
[1] www.senama.cl
[2] Obs. Social
[3] Papalia & psicología científica.com
[4] INE, 2004 desde Medwave.com
[5] Documentos rescatados desde www.consejoreformaprevisional.cl/documentos/audiencias/17-04-2006-bancoMundial.pdf
[6] Onservacion social
[7] Obseervacion social
[8] Practicas recurrenetes por parte de los departamentos de RRHH con despidos antes de cumplir fechas de renovación ed contrtaos, no pago de beneficios, horas extras no cumplidas, etc
[9] La nueva agenda para una fuerza laboral de trabajadores mayores. Estudio oficial Manpower RRHH Argentina 2007
[10] Harvard Bussines Review, citado en Revista Desafio ed. Mayo, junio, Julio 2008
[11] Ver RODRÍGUEZ, Darío. Gestión organizacional. Elementos para su estudio. Santiago: Ediciones Universidad Católica de Chile, 1991, pp. 31-63.
[12] Carlos Vignolo en Revista Desafío ed: junio, Julio, agosto 2008
[13] Chiavennato, I. Adm. de Recursos Humanos
[14] Syllabus Psicopatologia del Adulto Dr. Barbara Palma, UST.
[15] Caponni, Ricardo. Semiología psiquiátrica
[16] Citado en Sheldon y Cols. Percepción: Alguna investigación reciente e implicaciones para la administración

[17] Summers, 1986
[18] Idem
[19] Baron y Byrne 2004. Psicologia Social
[20] Psicologia social Vender 1989
[21] ídem pp. 199.
[22] (Rodríguez, 1976)
[23] (Verdugo, 2004)
[24] (Rosemberg, 1960, en Rodríguez, 1976)
[25] Chiavenato, Administración de Recursos Humanos
[26] Myrta Gajardo 2005. Syllabus Psicología del Trabajo, UST,
[27] (Dei y Cols. RRHH en las organizaciones Fundacion universidad a distancia Hernandarias, 1995)
[28] Fuente. Manpower RRHH Argentina
[29] rrhhmagazine issn 1577 5348
[30] Fuente: Fundación Europea para la Mejora de las Condiciones de Vida y de Trabajo, "Edad y empleo en los nuevos Estados Miembro", 2006
[31] Empleos de El Mercurio, Trabajando.com, Laborum.com, entre otras.

lunes, 18 de agosto de 2008

Discriminación

Cuando en marzo de 2006 asume la presidencia de Chile la Sra. Michelle Bachelet Jeria, existía, principalmente por parte de las mujeres, una sensación de reivindicación del género femenino y en especial de sus derechos y participación en la sociedad.

Es así, que asumida como presidenta, conforma un gabinete con paridad de genero, componiendo las condiciones de igualdad y dando una potente señal a la sociedad, de que las mujeres puedan estar en los espacios de poder tradicionalmente dominados por hombres .

Esto hecho pareciera llamar la atención en una sociedad del siglo XXI,, pero la verdad que no lo es tanto… denota algo que ha estado presente desde los inicios de los tiempos: La discriminación. Pero esta no es solo exclusiva de las mujeres, sino que abarca un amplio espectro de nuestra sociedad y que se puede ver fuertemente en mundo sitial y laboral.

La discriminación es una manifestación actitudinal, revelada por una predeposición negativa vía cognitiva, emocional o conductual hacia el objeto al cual se ejerce,

La discriminación, según la Real Academia Española, proviene del latín y significa "separar", "distinguir", "diferenciar una cosa de la otra". La podemos definir como toda forma de comportamiento observable que implique menosprecio, rechazo, indiferencia, segregación, exclusión o preferencia por persona, grupo o institución en detrimento de otra". Es la consecuencia observable de la presencia de estrategias perceptivas de contenido negativo, tales como el prejuicio el estereotipo.

La discriminación se basa en criterios de orden ideológico, de raza, religión
, edad, origen étnico, orientación sexual o de cualquier característica que menoscabe el ejercicio en condiciones de igualdad de los derechos humanos y los grupos
En general, las personas que discriminan tienen una visión distorsionada
de la esencia del hombre y se atribuyen a sí mismos características o virtudes que los ubican un escalón más arriba que ciertos grupos. Desde esa posicion juzgan al resto de los individuos por cualidades que no hacen la esencia de estos. Muchas veces este rechazo se manifiesta con miradas odiosas o con la falta de aceptación en lugares públicos, trabajos o escuelas, acciones que afectan a la persona rechazada.[1]

El prejuicio a cierto tipo de comunidades hacen que los individuos que pertenecen a éstas sean prejuzgados antes de ser conocidos, generalizados y rechazados. La intolerancia, el rechazo y la ignorancia en la mayoría de los casos son determinantes para el nacimiento de conductas discriminatorias.

Podemos identificar distintos tipos de de discriminación, entre los más comunes en nuestra sociedad están los siguientes:

Discriminación social
La discriminación social, es aquella a la que se ven vulnerados los grupos de nivel socioeconómico más bajo con relación a los que gozan una mejor posición socioeconómica. Este tipo de discriminación se correlaciona fuertemente con el área laboral, en donde los prejuicios sobre personas de un nivel socioeconómico bajo repercuten fuertemente en la posibilidad de obtener un trabajo. Generalmente se les atribuye flagelos como la delincuencia, drogadicción, incapacidades sociales, etc.

Discriminación laboral
Nuestro país ha tenido un fuerte desarrollo económico durante los últimos años. Este se ha reflejado en una apertura económica que ha permitido mayores y diversas fuentes de trabajo –dependiendo el periodo especifico- la posibilidad de aumentar y destinar más años a al educación, y a las proyecciones individuales de cada persona de poder satisfacer sus necesidades por medio de la propuesta del modelo económico y sus posibilidades laborales. En este escenario se da una temática que esta muy marcada y que frecuentemente somos testigos, ya sea por experiencia personal o porque nos enteramos a través de los medios de comunicación, que es la discriminación en el trabajo. Está basada principalmente en el menosprecio de la capacidad laboral por razones externas como apariencia física, nivel socioeconómico, raza, religiosos, etc.[2].
Discriminación sexual
En líneas generales la discriminación sexual es una práctica que nace por las diferencias de género y se ve mucho en las interacciones sociales. Desde la intolerancia a las parejas de un mismo sexo al desprecio por las mujeres que se ve reflejado en los salarios en comparación a un hombre ejerciendo la misma labor. Entre hombres y mujeres ha existido una puja, desde que el mundo es mundo. Hasta nuestra época siguen haciéndose diferencia entre los géneros. Esta lucha se convirtió en bandera de dos ideologías: el machismo y el feminismo, relativamente nuevo. Nuestro país en esta materia lleva años de retraso y aún hoy a quienes creen que un sexo debe dominar al más débil.

Discriminación racial
El racismo es una violación de los derechos humanos y de la dignidad humana. Son todas aquellas acciones, conductas, actitudes que tenga por objeto la discriminación, distinción, exclusión o restricción a que toda persona se desarrolle en condiciones de igualdad de los derechos humanos, es un acto de racismo. Esta es una situación que ha existido desde hace mucho tiempo y a la que hoy todavía se enfrenta millones de personas en el mundo. La Organización de naciones unidas celebra cada 21 de marzo el Día Internacional de la Eliminación de la Discriminación Racial. El motivo de esta fecha es que ese día en el año 1960, la policía disparó contra una manifestación pacífica que se realizaba en Sharpeville, Sudáfrica para protestar contra las leyes de pases del apartheid.

Discriminación religiosa
Es aquella que se produce debido a la poca tolerancia de las personas con respecto a las creencias y religiones ajenas, lo que motiva un aislamiento hacia los grupos con creencias distintas a las que ellos poseen.
Estos tipos de discriminación junto con la discriminación por edad, ideológica y otras son las más comunes dentro de nuestra sociedad.

Discriminación ideológica
Igual que la discriminación religiosa, este rechazo es causado desde la incomprensión hacia los ideales de otras personas. Rechazar por las ideas puede ser uno de los más grandes atentados. Te pueden quitar todo, torturarte, robarte las ganas de gritar pero jamás deben despojarte de tus ganas por pensar, crear, soñar. En Chile tenemos experiencias de sobra, desde comienzos de la historia. Hata no hace mucho con los vivido desde la década de los 70 en adelante con todas las consecuencias conocidas.


La Discriminación Laboral en Chile

En diferentes informes dados a conocer por la OIT sobre la discriminación laboral en el mundo, nos podemos dar cuenta de una cruda realidad. La discriminación laboral aqueja a miles de de trabajadores, a quienes no les son respetados sus derechos fundamentales, situación que tiene entre sus principales afectados a las mujeres y repercute principalmente en sus oportunidades para acceder al empleo y en materia de remuneraciones.[3]
En Chile, la legislación es clara y consagra el derecho a la no discriminación en el ámbito laboral y los considera como parte de los derechos fundamentales. El artículo 19 número 16 de la Constitución Política señala que: "Se prohíbe cualquier discriminación que no se base en la idoneidad o capacidad personal, sin perjuicio de que la ley pueda exigir la nacionalidad chilena o límites de edad para determinados casos". De la misma forma, el código del trabajo chileno vigente a la fecha señala en su articulo segundo: “Reconócese la función social que cumple el trabajo y la libertad de las personas para contratar y dedicar su esfuerzo a la labor lícita que elijan. Manifestando que son contrarios a las leyes laborales todo acto de discriminación y dándole al Estado la obligación de amparar al trabajador en su derecho a elegir libremente su trabajo y velar por el cumplimiento de las normas que regulan la prestación de los servicios.
Las disposiciones anteriores se enmarcan dentro de las normas internacionales vigentes en Chile sobre la materia, ya que se ajustan al tenor de lo dispuesto en el Convenio N° 111 sobre discriminación en el empleo de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), suscrito y ratificado por Chile desde el 20 de Septiembre de 1970.
En esta materia, Chile se ha sumado a otros tratados que velan la no discriminación laboral. Algunos e estos tratados a lo que Chile se ha adscrito son:
La Declaración Universal de los Derechos Humanos, que en la sesión del 10 de diciembre de 1948 adoptó y proclamó la ONU en la Resolución de la Asamblea General 217 A (iii) que, en su articulo 7 dice: “Todos son iguales ante la ley y tienen, sin distinción, derecho a igual protección de la ley. Todos tienen derecho a igual protección contra toda discriminación que infrinja esta Declaración y contra toda provocación a tal discriminación.”.
La Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre en su artículo 2 consagra el Derecho de igualdad ante la Ley por medio de la siguiente disposición:”Todas las personas son iguales ante la Ley y tienen los derechos y deberes consagrados en esta declaración sin distinción de raza, sexo, idioma, credo ni otra alguna”.
El Pacto de San José de Costa Rica señala en su articulo 24, Igualdad ante la Ley: “Todas las personas son iguales ante la ley. En consecuencia, tienen derecho, sin discriminación, a igual protección de la ley.”. De estos convenios internacionales ratificados por Chile se desprende que las personas deberían ser respetadas y no discriminadas tanto en el ámbito de sus relaciones privadas, públicas y laborales. (Carmona).

Es así, que aunque no se pueden desconocer los esfuerzos por parte del estado frente a la discriminación laboral, ésta es una realidad recurrente para la sociedad y los trabajadores de nuestro país. En este sentido[4], señala: “llama la atención respecto a que las prácticas discriminatorias pueden persistir aún después de entrada en vigencia de la ley que sanciona éstas prácticas. Esto puede deberse a determinadas formas de interacción social o a un corrimiento del sentido de la discriminación hacia formas sutiles y ocultas de “criba” racial o sexual.

Parece claro, que aunque se pongan miles de leyes y tratados sobre la no discriminación laboral, parece ser un tema que esta muy arraigado en nuestra sociedad, nuestros patrones de convivencia se basan en establecer diferencias, en generar prejuicios sobre los demás. Parece ser que como cultura se nos enseño a protegernos de los demás buscando alianzas negativas, separando, distinguiendo… Mas allá de ser una conducta humana, reconocible en casi cualquier latitud del mundo, específicamente en nuestro país nos hemos vuelto en exceso competitivos y nos hemos olvidado del respeto, de lo que significa la diferencia. Discriminamos per se, por que “así se hace” o sino también termino discriminado por ser de esta o de otra manera.


Tipos de discriminación laboral

Por sexo. Discriminación laboral femenina y el Acoso Sexual

La globalización ha traído grandes cambios en los mercados de los distintos países, aumentando la competitividad, lo ha llevado a requerir una mano de obra altamente calificada y aunque la mujer tiene en promedio mayor educación que el hombre, tiene menores tasas de especialización técnica.
La participación laboral femenina en Latinoamérica se ha triplicado desde 1960, sin embargo, las mujeres son empleadas proporcionalmente en ocupaciones más precarias. Las brechas salariales entre hombres y mujeres que ocupan puestos similares o iguales. Esto se puede atribuir a que muchos empleadores asocian mayores costos a la contratación de mujeres. En Latinoamérica esta brecha puede llegar a ser hasta de un 54%.[5]
En Chile ha tenido grandes cambios sociales y económicos durante las últimas décadas, mejor infraestructura, apertura económica, globalización ha producido efectos diversos en nuestra sociedad. Es así el caso de la creciente incorporación al mercado laboral de la mujer, la que ha tenido que pugnar con una realidad distinta, afectada por la relación de roles entre madre y trabajadora… lidiando con la discriminación en su trabajo. Con una jornada laboral es de 45 horas, siendo madre, mujer, esposa, dueña de casa, etc, el costo familiar ha sido alto.
Los últimos estudios han determinado un aumento de las mujeres jefas de hogar, lo cual no solo se debe a una opción propia, si no a variables como el aumento del embarazo adolescente, aumento de las separaciones de parejas y del abandono de los hombres, mayor esperanza de vida de las mujeres, crisis económicas que incrementan el desempleo masculino y estimulan la salida de mujeres al mercado del trabajo, entre otras.
No es extraño ver en nuestro país a una mujer realizando trabajos que antes eran atribuidos solamente a los hombres. Sin embargo, aún persiste un trato desigual entre hombres y mujeres. Mucho se explica por las decisiones profesionales que hacen las mujeres
Como sabemos, las condiciones de trabajo en Chile están determinadas por el Código del Trabajo, cuyo principal instrumento es el contrato de trabajo. Donde la protección esta dada por la afiliación de los trabajadores a los sistemas previsionales y de salud. De esta forma y debido a la segmentación que se produce en el mercado laboral en función del género, existe concentración de las mujeres en ocupaciones de menor prestigio y que requieren menor calificación para su desempeño. Muchas no poseen contrato de trabajo ni cotizaciones previsionales; reciben salarios inferiores al mínimo legal; obtienen, en mayor proporción que los hombres, trabajos a plazo fijo que otorgan condiciones más desprotegidas y también, desempeñan jornadas superiores al máximo legal (45 horas semanales).[6]
La mayor desprotección se encuentra en las mujeres trabajadoras que tienen entre 15 y 24 años y en las que tienen más de 60 años, estas últimas se ven enfrentadas a una doble discriminación; por género y por edad, y se produce principalmente en las empresas que poseen menos de cinco trabajadores
Debido a las condiciones precarias del empleo femenino, la discontinuidad de aportes al sistema de pensiones (en parte por la maternidad), las brechas salariales entre hombres y mujeres y las mayores dificultades para ingresar y desarrollarse en el mercado del trabajo, determinan diferencias en lo que ellas pueden juntar para en sus cuentas de pensiones.

Acoso sexual
Este tipo de acto no es exclusivo de las mujeres, aunque son estas lo que lo mas lo sufren.
Según la OIT, el Acoso Sexual es “un comportamiento de carácter sexual no deseado por la persona afectada que incide negativamente en su situación laboral provocándole un perjuicio”, actualmente, esta es la definición más utilizada y la más completa[7].
El Acoso Sexual es un problema que afecta a la dignidad de los trabajadores, perjudicando el clima laboral de la organización o empresa. El empleador tiene la obligación de incorporar en el Reglamento Interno un procedimiento para tramitar denuncias de Acoso Sexual, medidas de resguardo para la acosada o acosado y sanciones para el acosador o acosadora (ministerio del trabajo)

La Dirección del Trabajo la encargada de resolver estos conflictos. No obstante es difícil, ya que por diversas razones tanto la victima como el (la) victimario (a), no tienen interés en que se haga público, y por otro lado, es difícil delimitar lo que corresponde a un acoso sexual y lo que corresponde a otras conductas absolutamente legales de una relación.
Se pueden distinguir dos tipos de acoso sexual: por chantaje y por intimidación. El primero se caracteriza por ser una exigencia para prestarse a una actividad sexual con el objeto de conseguir o conservar algún beneficio laboral. El segundo puede consistir en invitaciones sexuales inoportunas, solicitudes indebidas o manifestaciones verbales, no verbales y físicas de carácter sexual, afectando la situación laboral del acosado.
Que una conducta sea definida como acoso sexual implica “que el sujeto pasivo no acepte explicita o implícitamente la acción del sujeto activo”[8]. Si el individuo pasivo acepta la insinuación o proposición, entonces, no es acoso sexual.
El problema tanto para los Tribunales como para la Dirección del Trabajo es que la legislación prohíbe el acoso sexual en términos generales, pero no especifica los actos que constituyen acoso sexual.
En Chile hasta el 18 de marzo del año 2005 no existía una ley que tipificara el acoso sexual como una forma de discriminación o que sancionara esta conducta al interior de las empresas, debido a esto las acciones y sanciones que se podían esperar a nivel judicial eran muy variadas en este tipo de situaciones. En el año 2003 la Corte Suprema, por primera vez, sancionaba una conducta de este tipo condenando a pagar una indemnización compensatoria al empleador que no adopto las medidas de protección necesarias para resguardar la integridad de una trabajadora frente a un compañero de trabajo[9].

Discriminación por edad
En la Conferencia Internacional del Trabajo de 1980, se da a conocer la
recomendación Nº 162 “Recomendación sobre los trabajadores de edad” que da las pautas a seguir por los países que se suscriban sobre los derechos y obligaciones que tienen los estados con las personas de mayor edad en lo referente a materia laboral. Esta consta de 5 partes donde se tratan temas de igualdad y oportunidades de trato, protección, preparación y acceso al retiro y la aplicación, además de las normas generales[10].

Por Etnia
No existe suficiente evidencia empírica en el país que permita dimensionar el problema de discriminación laboral por condición Étnica. Sin embargo los estudios que han abordado el problema, reportan que un parte de las brechas salariales existentes entre Indígenas y No Indígenas “no tiene explicación” o dicho de otra forma, las características observables solo explican una parte de la diferencia.
Hay factores ajenos al mercado del trabajo que inciden en la exclusión laboral de de comunidades excluidas, como la falta de derechos sobre la tierra y el acceso a propiedades comunitarias, estos factores afectan las capacidades de las poblaciones excluidas de ganar más que un salario de subsistencia y de tener derechos a los activos de la tierra para obtener un ingreso.

Edad
En este caso nos centraremos en los grupos etarios de mayor edad. Lo que no significa que no exista discriminación a jóvenes y niños en el ámbito laboral. Es así que la población mayor de 55 años en Chile es aproximadamente el 15,4% de la población total de nuestro país. Laboralmente hablando, estos serian un grupo que no posee ingresos permanentes que le permitan subsistir independientemente, este grupo representa un 33,4% de los adultos mayores que hay en Chile. El segundo grupo esta conformado por personas que tienen ocupación actualmente, esta compuesto por el 28,5% de la población antes descrita. Podemos ver que estas personas trabajan en un período donde se debería empezar a ver la desligación de las obligaciones laborales, pero que debido a algún motivo (social, económico, etc.) no lo hacen. El tercer grupo, que esta conformado por el 33,1% de los adultos mayores, percibe ingresos que provienen de algún tipo de jubilación o renta asociado a los años trabajados con anterioridad. No es difícil reconocer l discriminación por edad desde la perspectiva del reclutamiento laboral, el avisaje para empleos, donde este segmento caso no es considerado[11].

Aspecto y Características Físicas
La discriminación por apariencia o presencia física es cuando una persona es tratada de un modo diferente al resto de las personas por motivo de que su apariencia no encaja en los cánones normales, de este modo en el mundo laboral la discriminación por apariencia o por presencia física se refiere a que la gente con mejor apariencia física que el resto tiene mayores oportunidades de surgir que el común de la gente y que por el contrario, los menos agraciados físicamente les cuesta más encontrar trabajo y cuando lo tienen les cuesta más llegar a posiciones más altas, independientemente de que si son los más capaces o los menos capaces para desempeñar las tareas que les exige su trabajo.

Discriminación sindical
La libertad sindical ha sido incluida en los convenios 87 y 98 de la OIT y luego de esto incluida en la mayoría de constituciones modernas y pactos internacionales referentes al derecho laboral, como un derecho fundamental. La discriminación sindical, según el ministerio del trabajo, esta compuesta por todas aquellas acciones u omisiones, provenientes de cualquier persona, empleador o de los trabajadores o de las organizaciones sindicales, que atenten u obstaculicen el ejercicio de la libertad sindical o la autonomía de funcionamiento de las mismas. Así por ejemplo, se incurriría en prácticas antisindicales si el empleador se niega injustificadamente a recibir a los dirigentes del sindicato, o se niega a proporcionarles la información necesaria para el cumplimiento de sus obligaciones; a través del ejercicio de presiones o mediante amenazas de despido o de beneficios; por medio de otorgar mejores beneficios a los no sindicalizados, etc.[12]
Las prácticas antisindicales tienen por objetivo debilitar las organizaciones sindicales y obstaculizar a sus miembros, para que la organización no pueda manejar en forma óptima procesos sindicales como negociaciones colectivas u otros. Factores como el miedo a perder el empleo ayudan a que las practicas antisindicales tengan cabida en el accionar de algunos empleadores. Es así, que citamos un caso de éste tipo de discriminación que con fecha de publicación del 4 de enero de 1999, la Dirección del Trabajo se pronuncio respecto a Comités bipartitos, sancionando e infraccionando al empleador Ley 19.518. ORD. Nº 1/1[13].

Enfermedades o discapacidades
Existe frecuente discriminación a personas que tienen alguna discapacidad física o intelectual. El tema repercute fuertemente cuando estas discapacidades no interfieren en el desarrollo de la actividad laboral. De todas formas hay incipientes esfuerzos en dar cabida a este tipo de trabajadores y además entregándoles como sociedad los elementos para poder forjarlo, como accesos acondicionados, sistema Braile para no videntes, etc. También se observa discapacidad para personas que poseen alguna enfermedad determinada. La mas evidente es la ejercida al momento de contratar por la empresas a algún trabajador, donde se piden exámenes médicos… socialmente los más afectados son los portadores de VIH. Pese a mantenerse, es importante señalar los esfuerzos al respecto para erradicar este tipo de practicas. Es así, que la Dirección del Trabajo firmó un convenio con Vivo Positivo, a través del cual la institución se compromete a realizar acciones orientadas a la promoción y fiscalización del cumplimiento de las normas en materia de no discriminación laboral, en particular las referidas a las personas que enfermas o portadoras del virus del VIH/SIDA[14].

De Acceder a un Trabajo
Nos referimos principalmente a las condiciones que ponen los empleadores para reclutar empleados por medios de avisos en distintos medios de comunicación. En este sentido vemos una practica evidente ya ante los ojos de todos de discriminación laboral, por lo que la Dirección del Trabajo con la finalidad de poner termino a esta situación a que se enfrentaban las personas al momento de postular a un trabajo donde se pedían ciertas características como edad, sexo, estudios en algunas definidas universidades o institutos, buena presencia o CV con foto etc. Esta practica atentaba con lo señalado en la Constitución de la República en su artículo 1º de la Norma Fundamental, en su inciso primero dispone: "Las personas nacen libres e iguales en dignidad y derechos"; y el artículo 19 NÚMERO 2° que señala: "La constitución asegura a todas las personas: La igualdad ante la ley". Además, en el mismo artículo 19 Nº 16, en su inciso tercero, dispone: "Se prohíbe cualquiera discriminación que no se base en la capacidad o idoneidad personal, sin perjuicio de que la ley pueda exigir la nacionalidad chilena o límites de edad para determinados casos"[15] y por supuesto al articulo 2º del código del trabajo vigente a la fecha.

Conclusión
Como sabemos la discriminación es una práctica arraigada en nuestra sociedad. Generalmente sabemos de alguien o hemos vivido algún tipo de discriminación en nuestros trabajos. Ante esto, pensamos en la ley, la legislación y en quien nos protege... Claro está que es el Gobierno, el Ministerio del Trabajo y en definitiva la Dirección del Trabajo la encargada de velar por los derechos de los trabajadores. Pero lamentablemente es imposible detectar estos abusos o practicas indebidas en todos los casos y trabajo donde ocurre. Lo principal es poder reflexionar acerca de los que hemos construido como sociedad, y que no lleva discriminar como practica casi habitual. Tendemos a discriminar a todo lo que nos resulta diferente, como sociedad somos intolerantes y peor aún, como sociedad no hemos aprendido de la historia de nuestro país, que ha marcado nuestro desarrollo, por diferencias e intolerancias no resueltas.
Los derechos humanos son para ser respetados…. Son derechos que tenemos por el simple hecho de vivir en comunidad. Tenemos derechos fundamentales que nuestra sociedad, nuestra constitución avala y que nos debiera permitir poder tener libertad dentro de un contexto de respeto y tolerancia para poder legítimamente desarrollar y optar a la mejor opción como persona y trabajador.

Así también, la Dirección del Trabajo como organismo encargado de regular los distintos problemas dentro de las relaciones laborales, carece de toda la fuerza o los recursos para atender a todos os trabajadores que experimentan algún tipo e discriminación. Los esfuerzos son notables, pero como sistema le falta rapidez, cobertura y quizás mayor énfasis en la fiscaliacion. Sumado a esto, también falta el accionar de los trabajadores, que deben perder el miedo a denunciar practicas de este tipo. Es entendible que para las personas existe temor por denunciar debido a las consecuencias por parte el empleador, práctica arraigada en la administración de os empleadores

Otro agente importante es de los legisladores que deben poner énfasis en estas temáticas y que sumado a esfuerzos del poder legislativo puedan elaborar leyes y mejorar ya las leyes existentes de la mano de los cambios y de las nuevas “cuestiones sociales” que vivimos como sociedad. Por ejemplo, el recurso de protección es ineficaz por desconocer las particularidades propias de una relación laboral basada en la desigualdad económica de las partes y en la necesidad de protección del trabajador y, a su vez, las vías administrativas, que sólo pueden dar lugar a una multa dejando de lado el resarcimiento a la víctima, son una solución inocua inspirada en una concepción primitiva del Derecho del Trabajo, que explican también por qué los trabajadores discriminados no hacen valer sus derechos.


Bibliografía
Cavagnola, L; Aupheimer, C; Tapia, M. (2003) Los otros tópicos en la gestión de personas. Tesis para optar al titulo de Ingeniero Comercial. Facultad de economía y negocios U. de Chile.

Lizama P.; Ugarte C; (2005). Nueva Ley de Acoso Sexual, Editorial Lexis Nexis. Santiago, Chile.

Carmona, C; Veliz H. (2005) Seminario de Título para optar al Título de Ingeniero Comercial, Mención Administración. Facultad economía y Negocios U. de Chile

Walker E. Francisco (2003). Derecho de las Relaciones Laborales. Editorial
Universitaria, Santiago, Chile.

Caamaño, E (2008) Derecho y Trabajo. Rescatdo desde http://derechoytrabajo.%20blogspot.com%20/2007/05/discriminacin-laboral.html el 31 de julio de 2008)

Chile, Ministerio del trabajo: http://www.mintrab.gov.cl/
Chile, Servicio Nacional de la Mujer: www.sernam.cl
Chile, Dirección del Trabajo: www.dt.gob.cl


[1] Fuente: El Puente. Canal 13.cl
[2] Carmona & Veliz (2005)
[3] Profesor Eduardo Caamaño Rojo desde blog personal.

[4] Fugazza (2003) citado en Pichuma 2007
[5] Cavagnola 2003
[6] Cavagnola 2003
[7] Bravo 2006 citado en Cavagnola 2006
[8] Koch 1996 en Cavagnola 2006
[9] Lizama y Cols. 2005
[10] Carmona 2005
[11] Cavagnola 2003
[12] Cavagnola 2003
[13] Ministerio del Trabajo de Chile
[14] Ministerio del Trabajo de Chile
[15] Ministerio del Trabajo de Chile

100 años de Management

Una Sintesis de Cien años de Management

La gestión empresarial ha evolucionado vertiginosamente en las últimas décadas, y mucho más si nos remontamos al comienzo del siglo pasado. Hace 100 años las cosas eran muy diferentes: eran los albores del modernismo: una especie de premodernismo de la gestión empresarial. En boga estaban los Modelos Taylorianos de la administración científica y los aportes de Gilbreth. No se dejaba entonces espacio a la iniciativa e imaginación de los trabajadores, pero sin duda se abría una gran puerta a la mejora de la productividad: era la gestión científica.
Posteriormente, en los años 30 y tras el famoso experimento de Hawthorne sobre la incidencia de factores ambientales en la productividad- surgieran nuevas voces, como las de Elton Mayo, Mary Parker Follett, y Chester Barnard, que apuntaran al lado humano de la gestión, que con pequeños pasos se daban cabida en los modelos de administración. Sin embargo, tanto en el pasado y aun en el presente se ha desaprovechado demasiada inteligencia y el potencial cabal de los trabajadores para frustración de éstos y en perjuicio de los resultados empresariales.
En la década de los 50 se vislumbran cambios, pensadores como McGregor, Maslow y Herzberg, insistieron en el potencial disponible en los trabajadores y aportaron valiosas ideas en torno al tema de la motivación. En el año 1954, Peter Drucker publicaba The practice of management, un clásico de esta literatura en donde propugnaba, por ejemplo, la importancia del marketing y la innovación y, entre otras muchas buenas ideas, venía a formular los antecedentes de la Dirección por Objetivos.
Ya en los años 60 aparecía otro gran texto: The human side of enterprise, de Douglas McGregor, donde formula las teorías X e Y en relación al comportamiento de los trabajadores. La Teoría Y sostenía una imagen de trabajador capaz, responsable y comprometido, lo que hoy podria resultar natural, pero que entonces suscitó muchas controversias y a la cual se le puede atribuir muchos de los cambios en la forma de administrar en la actualidad.
Importante es señalar que muchas de las ideas que hoy están de plena actualidad ya se habían apuntado en los años 60y 70, destacando ideas como la gestión del conocimiento, la orientación al cliente, el liderazgo, la gestión por competencias y la organización inteligente.
En los años 80 se comenzó a predicar muy insistentemente la calidad: ya lo habían estado haciendo Deming y Juran en Japón, en los años 50, con magníficos resultados. La gestión occidental comenzaba a prestar más atención al modelo japonés, y esto quedó patente en algunos interesantes libros como el de Pascale y Athos (The art of japanese management, 1981) o el de Ouchi (Theory Z, 1981), que sumado a la aparición de In search of excellence, de Peters y Waterman en 1982 contribuyó a sensibilizarnos sobre aspectos de la gestión como la atención a los clientes y al personal. En esta época no resulta novedad hablar de la calidad, el liderazgo, la innovación, el espíritu de equipo o incluso el empowerment: Pero la importancia esta dada en que es en esta decada donde se profundiza en estos postulados y se empieza a hablar de todo ello con cierta intensidad. Hoy constituyen todavía auténticas buzzwords (palabras de moda), cuando se habla de los cambios culturales en las empresas.
A los comienzos de los 90, Peter Senge insistió en el concepto de learning organization en su importante obra The fifth discipline: un texto que postula muy convincentemente la necesidad del pensamiento sistémico y el aprendizaje colectivo dentro de las organizaciones. Posteriormente, Champy y Hammer nos hablaban de la reingeniería. Pero uno de los grandes tópicos de los años 90 es la estrategia. Casi 20 años después de que Ohmae alarmara sobre la necesidad de poner en marcha una nueva forma de pensamiento estratégico. De todas formas, en los albores del cambio de siglo la Alta Dirección definía la estrategia, pero no siempre la explicaba bien a los trabajadores; que había una cierta obsesión por medir, pero quizá se desatendía lo que era más difícil de medir; sumado vicios en la gestión y de practica que no apuntaban al desarrollo de los trabajadores, clientes, sino mas bien respondían al presidente… Es así que una cosa queda clara: El Management evoluciona para adaptarse a los tiempos y, quizá más concretamente, para sortear los nuevos obstáculos y dificultades que van apareciendo. En este nuevo siglo, se observa la reconducción de algunas practicas y postulados en el Management. La gestión por competencias, la gestión del conocimiento (se acepta que estamos ya en la era del conocimiento). El feedback circular o multifuente El espíritu de equipo parece un valor irrefutable, el empowerment, porque viene a ser el complemento adecuado del liderazgo. La atención a los valores. El Cuadro de Mando Integral. La innovación, porque la competitividad lo exige. Las competencias conversacionales. La organización inteligente. Y al hablar del rumbo del cambio, habría que desear que los cambios fueran bien explicados por los directivos de las empresas, de modo que resultaran deseados y asumidos.
Los directivos habrán de sacrificar una parte de su ego y los trabajadores habrán de mejorar su compromiso y contribución, porque -si no en su liturgia, sí en su espíritu-, algo de democracia deberá llegar al mundo empresarial.

Algo de Motivación

Algo de Motivación...
Los enfoques psicológicos iniciales respecto a la motivación tenían su base en el principio del hedonismo, que planteaba que los individuos buscaban el placer -como fin último- y se alejaban del dolor. Por otra parte, las teorías modernas presentaban modelos de motivación desde una perspectiva que consideraba al hombre como sistema complejo de necesidades, habilidades, motivaciones y actitudes. En este trabajo, se realiza una mirada a las teorías de la motivación más importantes en el análisis de realidad organizacional.
Dentro de las teorías más importantes se destacan la teoría del instinto, basada fuertemente en el principio de hedonismo y con las en el instinto y la motivación inconciente. También destaca la teoría del impulso y el reforzamiento, destacando los trabajos de Thorndike, dando énfasis a la relación entre las conductas y sus consecuencias. En estas teorías destacan además los trabajos de Skiner, dándose énfasis a los refuerzos positivos por sobre lo negativos como modeladores de conducta.
Otro grupo de teorías sobre la motivación son las llamadas teorías de contenido sobre la motivación, las que conceptualizan la conducta como el producto de las características psicológicas innatas, destacando los trabajos de Maslow y su teoría de jerarquía de necesidades; los trabajos de Alderfer con la teoría de ERC (existencia, relación y crecimiento) que es una extensión y refinamiento de la teoría de Maslow; también destaca la teoría motivador higiene, que pese a haber ganado popularidad entre los analistas y profesionales de la administración, también es criticada. Herzberg se basa en que los individuos tienen especialmente dos necesidades (crecer psicológicamente y logro y la de evitar el dolor) las que son estimuladas por mecanismos organizacionales que estaban presentes en ese contexto. Mc Clelland plantea la teoría de las necesidades aprendidas, en donde los individuos adquieren cierta necesidades de la cultura de una sociedad mediante el aprendizaje de los eventos que experimentan, particularmente al inicio de sus vidas, y que una vez aprendidas pueden ser consideradas como actitudes que afectan la forma en que la gente percibe el trabajo, destacando cuatro necesidades básicas motivadoras: afiliación, poder, autonomía y logro.
Otro grupo de teoría son las de proceso de motivación, que visualizan la conducta como el resultado, al menos en parte de los procesos de decisión humana. Junto a éstas, encontramos las teorías cognitivas iniciales, las conceptualizaban la conducta como un propósito, orientada al logro. Tenían a la basa de que un determinante importante en la conducta humana son las creencias, expectativas y anticipaciones que los individuos tienen en relación a eventos futuros. La teoría de Campos de Fuerza de Lewin, puede ser la expresión mas clara que la motivación depende del clima organizacional en el que opera. También se destaca la teoría de la expectativa, en donde Vroom presenta la primera formulación sistemática de la teoría de la expectativa para situaciones de trabajo ahondando en que la motivación es un aspecto más complejo de lo que implicaba los criterios de Maslow y Herzberg. Poster y Lawler, basándose en gran parte en la teoría de las expectativas de Vroom, desarrollando un modelo de motivación más complejo. Este modelo destaca que el esfuerzo depende del valor de una recompensa, más la energía percibida que una persona cree que es necesaria y la probabilidad de recibir realmente la recompensa. Festinger plantea la teoría de la disonancia cognitiva, postulando que la disonancia da lugar a un estado de tensión de carácter motivacional. Deci, por su parte, propone la teoría de la evaluación cognitiva, basándose en la lógica de la percepción de las variables situacionales argumentando que el nivel de esfuerzo de un individuo sobre la tarea esta determinado en gran medida por la naturaleza de los premios disponibles
También encontramos un grupo de teoría que se enmarcan en los procesos de cambio social, en donde este es un marco estructural para el entendimiento de las relaciones sociales en el trabajo influyen en los empleados y en la participación en la organización. En esta categoría destacan las teoría de equidad, balance o del equilibrio; la teoría de la justicia distributiva de Homans en relación a las recompensas; la teoría de la atribución, la que involucra básicamente en un razonamiento previo de la observación de un evento o conducta para emitir un juicio sobre sus causas. Heider señala que el hombre se mueve por hallar las causas de los hechos y por comprender su entrono. En este sentido Kelley aportaron el principio de covarianza y el de redescuento. Otras teoría destacadas son la social cognitiva, que es un teoría psicológica que explica el funcionamiento psicososial en función de de causas reciprocas –conducta, factores conginitivos y personales, y externo). También se destaca la teoría de establecimiento de metas, la que reconoce las necesidades y los valores como influyentes en la elección de metas.
Cabe destacarlos distintos enfoques gerenciales sobre motivación a lo largo de la historia. El modelo tradicional surge desde lo planteamientos de Taylor y la administración científica, con mirada a los trabajadores como flojos, haraganes, sin metas. Este modelo pese a ser aplicado condujo a problemas con los trabajadores en el numero de estos respecto a puestos de trabajo. Un modelo distinto al anterior es de las Relaciones Humanas, el cual presume la necesidad de ver a la motivación como un proceso social. Este modelo se basa además en las premisas de Mayo y Roesthlisberger&Dicsosn, quienes plantea que la necesidad de ver a la persona como completa, desarrollando un planteamiento con fuerte énfasis social y la preocupación de la existencia de grupos informales dentro de la organización. Los supervisores ya no son vistos como jefes, sino como facilitadotes, preocupados de las necesidades de los empleados.
Posteriormente surge el modelo de los recuro humanos como respuesta al modelo planteado por la escuela de las relaciones humanas, por considerarlo igual de manipulador que el modelo tradicional tayloriano. Aparecen las propuestas de la Teoría “Y” de McGregor, el modelo de “Sistema 4” de Likert, el hombre comlejo de Shein y el modelo de Recursos Humanos de Miles.
En los noventas las tendencias sobre motivación se enmarca en tres áreas: a) examen de atributos del trabajo que motivan a los individuos(motivos); b) investigación que examina la necesidad de logro (necesidades); c)investigación en la ética del trabajo protestante.
Las nuevas tendencias nos muestran que no ha sido tanto el desarrollo de nuevas teorías, sino que se ha orientado la investigación a seguir evaluando las teorías básicas, con nuevas metodologías y variables propias de la teoría organizacional, es decir, reconociendo variables como creatividad, grupos, cultura, etc.
Rodrigo Villarroel D.
Sintesis de Teorias motivacionales: una visión sinóptica. PhD. Carlos Gomez D.